Una breve introducción a Fabian Tapia || #Escrito
Se podría decir que no hay nadie sobre la faz de la
tierra que ame más a Elvira Sastre o a Mon o a los libros o las estrellas o a
los globos aerostáticos o a los árboles que yo.
También digamos que si me diseccionaran el corazón encontrarían mucha
nostalgia dentro: muchos tatuajes de mis dolores, alegrías trazadas con tiza,
falsas esperanzas, muchas nubes negras y ríos y volcanes de líquidos oscuros.
Digamos eso, y digamos que te estoy dando una breve introducción a..:
Fabian
Tapia.
Sí, sin
acento, porque en el civil no acataban la fonética.
Ni en
el mundo después de 19 años, por lo que escucho siempre.
En fin,
volviendo a la melancolía de cada tarde, estoy sentado casi bajo un atardecer
abrasador. Un atardecer que me recuerda a los amores perdidos, a las ilusiones
que me sepultaron, a las lágrimas que derramé contra la blanca almohada con
gritos en la garganta que nunca salieron y el pelo mojado y la fiebre a todo lo
que daba...
Me
recuerda a eso. Siempre los atardeceres me recordarán a eso. O a él o a ella. A
lo que perdí, a lo que nunca fue, a lo que quizá sí, a lo que quizá no.
Porque
la vida siempre será un gran quizá. Y quizá suene a copia, pero, es lo que
pienso y siento. QUIZÁ me quiera o quizá pueda ser importante, quizá les guste
lo que hago, quizá soy feliz, quizá puedo serlo, quizá pueda ser mejor... Y he
descubierto que, cuando pasamos de la indecisión a la ACCIÓN, todo cambia.
Cambia nuestro humor, nuestra satisfacción porque al fin hicimos algo...Siempre
cambia ese algo dentro de nosotros.
Y
hablando de los cambios, esta breve introducción a mí NO puede quedar exenta de
todos los cambios que un embrión de 1996 ha experimentado desde entonces.
Primero,
muchos cambios de domicilio, (y de corazones).
Pero al
decir "corazones" jamás piensen en felicidad.
Comienzo:
primero, el traslado de un rancho—tierra—de—narcos a Chihuahua, capital. Fue
como si estuviera ciego de conciencia, porque no recuerdo prácticamente nada de
ese traslado, ni recuerdos, no hay NADA. (SIEMPRE LEERÁN EN MÍ DOBLES
NEGACIONES Y NO ESTÁ PROHIBIDO POR LA RAE)
Por lo
tanto, lo que sí dolió fue mi traslado de una colonia de la capital a otra de
la capital. Significaba abandonar a mi mejor amigo para siempre, porque en ese
entonces no había ninguna tecnología que nos pudiera unir. También a mis
maestros de la escuela y demás compañeros.
*Y aquí empieza el back to black*
Un
cambio a una colonia obscena, oscura y más marginada que yo del círculo del
amor.
Y
nuevas amistades y nuevos logros. Unos logros que me cambiarían la vida para
siempre. En ambas tonalidades. Primero, un concurso de conocimientos que gané y
me permitió viajar al Distrito Federal (en aquel entonces) y conocer al
presidente en aquella época (F.C.H) y a Josefina Vázquez Mota. Además de
amistades, claro. En secundaria, por una estupidez ortográfica y muchas
fonológicas que no fueron mi culpa, gané el segundo lugar en todo el estado en
el décimo primer concurso de Ortografía Hispanoamericana. Y fui muy amargo por eso.
Sí, amargo, acerbo, no había de otra cuando, en vacaciones, mi mamá se mantenía
diciéndome ese error en altavoz.
Omitiendo
eso, la época más brillante de mi vida llegó: el bachillerato. Diez. Como mis
notas (salvo un nueve en mis cincuenta materias). Amigos, enemigos, luchas,
desvelos, llantos, rabia (mucha rabia), maestros mediocres, pero buenos más que
todos, descubrimiento de deslealtades, más lealtades, risas...Muchos
contrapuntos, en suma.
Saliendo
de ahí y de una crisis que me partía el cerebro siempre (¿qué estudiarás,
Fabián? ¿Morirás de hambre o triunfarás entre máquinas?) Y la misma pregunta
siempre. Siempre.
La
carrera elegida fue Letras Españolas. Letras—gloriosas—y—españolas. Gloriosas y
todo hasta el momento. Mi vida. Si no fuera por ellas no sé qué sería de mi
vida. Sí, un libro es un caos contenido entre páginas, pero a veces ese caos te
ordena todo.
Y
hablando de caos, ¿qué son los libros que he escrito sino un puto caos? Eso
son, en poca palabra...Un caos que te ordena todo. Me explico; en Cartas por el
cielo, un caos que te ordena todo del amor; en Paola o el Renacer del Mar, un
caos que te cuestiona todo para dejarte con las respuestas que tienes.
Al
publicarlos tenía grandísimas dudas. Una escritora decía que un libro es como
tener un hijo: puede nacer malformado y nadie lo podría querer, puede nacer
siendo lo más bello por fuera pero hueco por dentro y así sería la situación...
¿Existirá gente que ame a mi hijo? Hasta el momento el consentido es Paola,
todos lo aman y algunos desdeñan al que habla de amor. Odian al amor.
Asimismo
abrí mi canal en YouTube hace poco. Y fue otra ODISEA increíble porque me decía
"NO ERES FA OROZCO" no eres igual de bello que ella ni tienes su
personalidad, lo que me llevó a tener una PROPIA y no depender de los juicios o
ideas de los demás. SALÍ de mi blog precisamente por eso, porque antes solo me
escondía tras una página y cualquiera me podía batir la madre y responderle sin
que viera mi furia. Pero ahora sí, y hasta en directo.
Recapitulando:
en esta breve historia o introducción a Fabian Tapia les cuento esto porque
quiero que sepan que detrás de un escritor que aparenta ser exitoso y feliz y
perfecto, hay alguien con una historia, COMO TODAS LAS PERSONAS.
Hay
alguien que sufre porque su mejor amiga vive a miles de kilómetros, porque en
su quinto de vida no ha encontrado a su amor de por vida, porque no ha
encontrado la satisfacción de un sueño que le ha costado INCLUSO MÁS QUE
SOÑARLO, una persona que se alegra por los atardeceres o por los árboles o por
cuando alguien raramente le devuelve la sonrisa o cuando quien le quiere
acariciar el cabello lo hace porque no se aguanta las ganas. Ése es Fabián.
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